Que por mayo era por mayo,
cuando hace la calor,
cuando los trigos encañan
y están los campos en flor;
cuando canta la calandria
y responde el ruiseñor;
cuando los enamorados
van a servir al amor;
sino yo, triste, cuitado,
que vivo en esta prisión,
que ni sé cuándo es de día,
ni cuándo las noches son,
sino por una avecilla
que me cantaba al albor.
Matómela un ballestero;
déle Dios mal galardón.
Por fin trajo el verde mayo
correhuelas y albahacas
a la entrada de la aldea
y al umbral de las ventanas.
Al verlo venir, se han puesto
cintas de amor las guitarras,
celos de amor las clavijas,
las cuerdas, lazos de rabia;
y relinchan impacientes
por salir de serenata.
En los templados establos,
donde el amor huele a paja,
a honrado estiércol y a leche,
hay un estruendo de vacas
que se enamoran a solas
y a solas rumian y braman…
Campea mayo amoroso,
que el amor ronda majadas,
ronda establos y pastores,
ronda puertas, ronda camas,
ronda mozas en el baile
y en el aire ronda faldas. Miguel Hernández
No diré que suele pasar desapercibida, pero desde luego no alcanza la fama de otros monumentos de París, como Notre-Dame, la Torre Eiffel, el Arco de Triunfo o el Sacré-Coeur, pero aventaja a todos ellos en perfección y belleza. La Sainte Chapelle, esa Capilla Santa destinada a albergar la más preciada de las reliquias (la corona de espinas) es el summum del gótico radiante. Este prodigio de la arquitectura no tiene prácticamente paredes, sino vidrieras que se elevan quince metros hasta los cielos.
Cuando la visitamos, mi esposa Clara -sabedora de mi debilidad por la Sainte Chapelle- me tapó los ojos con sus manos, descubriéndomelos cuando ya estábamos en el interior. No morí de esa sobredosis de belleza, pero estuve cerca, creedme.
De verdad, si visitáis París y solamente podéis admirar un monumento, que sea la Sainte Chapelle.
Gracias, Clara :*
By Koldo Iglesias Pardo [CC BY-SA 4.0 (https://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0)], from Wikimedia Commons
Creo que es una expresión que todos -yo seguro que sí- hemos utilizado o, al menos, hemos pensado: «No empieces». La usamos cuando alguien comienza a darnos una opinión o a comportarse de una forma que nos ha molestado en un pasado: «No empieces».
Pocas frases se me ocurren que sean más anuladoras: es un «no digas lo que piensas», «no des tu opinión», «no actúes de esa manera», «ya lo has hecho (mal) en un pasado, así que no se te ocurra volver a hacerlo». Y es realmente anuladora porque hace que la persona que lo recibe sepa de un golpe que su opinión o su comportamiento no va a ser tenida en cuenta -aunque sea completamente procedente. Plof. De un plumazo, te callo.
Así que al menos por mi parte voy a poner todo para no volver a decirla y, sobre todo, para no volver a pensarla. Para darme cuenta de que si esa persona actúa así es porque lo considera adecuada. Y, al menos, merece ese respeto.
En casa nos gusta tanto la ciencia que, aunque no seamos de límites ni de normas, siempre cumplimos las Leyes de la Termodinámica. No podía ser de otro modo, con tantas y tan buenas científicas en nuestro entorno. Así que cuando recibimos el juego de Science4You de La Ciencia Viscosa nos faltó tiempo para ponernos a disfrutarlo.
Como podéis suponer por el título, este juego se centra en comprender y disfrutar la viscosidad y de las particularidades de ese estado que ni es líquido ni es sólido. La edad recomendada es de ocho años o más, pero teníais que ver qué feliz y qué hábil es Irene pipeteando. Lo han pasado de maravilla los peques, lo hemos pasado de maravilla los papás.
Los experimentos que nos propone este juego son los siguientes (además del procedimiento se incluyen, como siempre en los juegos de esta casa, las explicaciones necesarias -con su correspondiente carga teórica- para que se entienda bien qué está sucediendo):
Disolución de alginato de socio
Disolución de cloruro de calcio
Dilución de la solución de cloruro de calcio
El monstruo que se multiplica
Lombrices de colores
Carbón viscoso
Masa loca
Plastilina casera
Y como suele ser habitual, se incluyen descuentos para diferentes museos, parques y actividades relacionadas con la ciencia.
Hemos decidido sortear, en Facebook, un ejemplar de La Ciencia Viscosa (¡gracias, Science4you!) entre nuestros seguidores en Facebook que cumplan las siguientes condiciones:
Hace unos días leí un texto con muy buenos consejos pero que, en uno de sus apartados, utiliza la expresión «castigo o consecuencia», como si simplemente fueran dos formas de llamar al mismo concepto. Voy a intentar explicar la diferencia, de forma que no haya dudas.
La pregunta clave es: una vez realizada la acción «punible», ¿se puede evitar ese castigo/consecuencia [y seguir ayudando a que no se repita la acción]? ¿Sí? Entonces es un castigo. ¿No? Entonces es una consecuencia. Os lo dejo -y me lo dejo- como ejercicio. También os invito a comentar, a proponer nuevas situaciones, y a sugerir cómo resolver esas situaciones sin castigar.
Si no te comes todo, no vas al cine.
Si tardas en terminar las tareas, no te dará tiempo a ir al cine y no podrás ir.
Si le pegas a tus compañeros, te quedarás sin recreo.
Si le pegas a tus compañeros, no podrás jugar con ellos, porque les harás daño.
Hace un par de semanas leímos en gciencia una noticia sobre un estudio llevado a cabo por las universidades de Santiago de Compostela y de Oxford, relacionado con los patrones genéticos que se encuentran en la Península Ibérica. El gráfico que nos presentan es el siguiente:
Según interpreto en el estudio (incluyo el enlace más abajo), Portugal seguiría los patrones que se ven en Galicia. Lo que más me admira no es el mencionado ADN del Norte de África en Galicia, sino esas franjas verticales, esa similaridad genética norte-sur. Sin haber indagado más, se me ocurre que una explicación muy razonable es la de la Reconquista, cuando se iba produciendo un lentísimo desplazamiento hacia el sur. Quizá -demasiadas suposiciones- el ADN «norteafricano» en Galicia tenga relación con un menor impulso reconquistador o con las invasiones árabes de hace cuatro siglos.
El 2 de julio de 1816 la fragata francesa Médusa encalló frente a las costas de Mauritania (a unos 60 km). Ante la carencia de botes salvavidas para todos los ocupantes, se construyó una balsa de madera para ser ocupada por casi 150 personas (146 hombres y 1 mujer). La balsa tenía 20 metros de largo por 7 de ancho; era algo como lo siguiente:
De Alexandre Corréard – Relation complète du naufrage de la frégate La Méduse faisant partie de l’expédition du Sénégal en 1816, by A. Correard, H. Savigny, D’Anglas de Praviel and Paul C.L. Alexandre Rand des Adrets (dit Sander Rang). Reprint 1968 by Jean de Bonnot éditeur., Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=19331233
Esa mezcla de hambre (no había suficientes alimentos), deshidratación, excesivo número de personas en un espacio tan reducido, y angustia por sobrevivir provocó una terrible tragedia: se produjeron asesinatos y suicidios, de forma que, tras trece días a la deriva, cuando la nave Argus se dejó ver en el lejano horizonte, solamente quedaban quince hombres supervivientes. Un casi treintañero Théodore Géricault, movido por el interés de denunciar aquel vergonzoso hecho para el gobierno francés, lo plasmó en una obra maestra:
La balsa de la Medusa, Théodore Géricault [Public domain], via Wikimedia Commons
En casa estamos en una época de puzzles y similares. Así que estos tres juguetes que hemos recibido de Toys of Wood Oxford nos han venido como anillo al dedo. Os los describo:
El primero es el archiconocido Tangram: es un juego chino antiquísimo (tenemos que irnos al siglo VII de nuestra era para encontrarnos con su origen). Siete piezas (Tans) que se combinan para formar multitud de figuras. El tamaño y la calidad de las piezas (Toys of Wood Oxford cuida mucho los acabados, al menos en los juegos que tenemos) son estupendos. Las piezas son de madera.
Tangram, de Toys of Wood Oxford
El segundo juego era nuevo para nosotros, aunque ya tiene casi un siglo: Soma Cube. Nos recuerda al Cubo de Rubik, pero las piezas no son móviles. Es un puzzle tridimensional, en el que con varias piezas debemos formar un cubo 3x3x3. Las piezas son diferentes en tamaño y forma, aunque todas están constituidas por pequeños cubos (1x1x1). Las piezas también son de madera; Dani lo resolvió en un pispás, yo aún no lo he conseguido. 🙂
Soma Cube, de Toys of Wood Oxford
Soma Cube, de Toys of Wood Oxford
El tercer juego es también completamente novedoso, y de verdad casi imposible para los miembros de la familia… salvo para Dani, que lo resolvió aún más rápido que el anterior. Consiste en un conjunto de 27 cuentas, unidas entre sí (todas) por una cuerda. Y el objetivo es formar este cubo.
Cuando hace ya casi cinco años murió mi padre me pasé unas cuantas semanas sin escuchar música, lógicamente por falta de ganas. Hasta que mi muy querida amiga Sofía me pasó un enlace a esta canción de Carlos Salgueiro (entré al enlace en su momento sin saber que era música). Y la elección de canción para salir de mi «silencio» no podía haber sido mejor. Una canción sobre Tirán y su costa, una costa que recorrimos juntos mil veces, por mar y por tierra. Y que me haya llegado de la mano de Sofía me alegra doblemente. Gracias :*