Esta expresión, que es también el título de una comedia de Bretón de los Herreros, se refiere a ese conjunto de costumbres, formas y maneras aprendidas en nuestra vida y que nunca desaparecen por completo, pese a cambiar de estilo de vida. Normalmente se utiliza en referencia a una persona «de pueblo» que pasa a vivir en la ciudad y, como podéis suponer, muchas veces se utiliza en sentido negativo. Algún ejemplo: «se le nota el pelo de la dehesa» o «aún no se le ha caído el pelo de la dehesa».
Ahora ha sido que Marta Sánchez ha puesto letra -otra más- al himno de España, pero da lo mismo. Podría haber sido cualquier otra cosa. Absolutamente todos los intentos de decir que cómo mola ser español son atacados inmisericordemente por la gran mayoría. Al menos, por la gran mayoría ruidosa.
Pero tras darle unas cuantas vueltas, creo que he llegado a la mejor solución posible. ¿Qué os parece una letra en la que pidamos perdón por ser españoles, por todos los errores que hemos cometido -claro, sólo España- desde el principio de los tiempos? Además, si es para criticar España, no habría inconveniente en hacer referencia a hechos de cuando aún no éramos España; nadie iba a decir: «ah, pero es que ahí aún era Castilla, y no España» (por ejemplo).
Este poema de Leo Ferré musicado por Amancio Prada es un regalo para los sentidos.
La marea, en el corazón,
me zarandea como un cisne.
Me muero en cada canción,
de una inocencia al aire libre.
Al fin un barco depende
de cómo atraque en el puerto.
Mi firmamento se expande,
mil años luz, y es incierto.
Soy el fantasma de luna,
que sale en noches de escarcha
para abrazarte en la bruma,
y recogerte en su marcha.
En la almadraba de Julio,
aquel atún solitario
que parecía rezar
con las perlas de un rosario.
Recuerda el perro de mar,
que libramos de condena
empeñado en enterrar
las algas sobre la arena.
Late allí también la vida,
con su pulmón de franela.
Llora el tiempo a la deriva,
frío gris que nos espera.
Me acuerdo de aquellas tardes,
corriendo sobre la espuma
como caballos salvajes,
las caricias una a una.
Oh, ángel del placer perdido,
oh, rumor de aquella cumbre.
Mi deseo y poderío,
son ya nostalgia de la lumbre.
Diablo de las noches blancas,
en su lento amanecer.
Espada del paraíso,
en el musgo del placer.
Vuelve niña de los valles,
vuelve violín de las parras
al puerto donde las calles,
cantan por los camaradas.
Oh raro perfume salino,
en el fuego de tu herida.
Yo iba ciego a mi destino,
como llama de amor viva.
En el lecho fronda fiera,
al final me sonreías.
El azul de una vidriera,
y tú mi melancolía.
Las conchas de luz, espuelas
bajo mis pies, se rompían.
Parecían castañuelas,
sonando por bulerías.
Ten piedad, dios de la piedra,
de su sino ornamental.
Cuando el cuchillo florezca,
su pecado original.
Yo notaba palpitante,
la vida que presentía
entre láminas de sangre,
de una antigua profecía.
Esa exactitud azul,
sobre ese mar nunca en calma
que me devuelve la luz,
a la memoria del alma.
Ese rumor que allí brota,
ese sol que ahora me ciega.
Estas manos que están rotas,
rumiantes manos de avena.
Ese rumor me persigue,
como un mendigo anatema.
La negra sombra que insiste,
en descifrar mi teorema.
Y como viento de Enero,
viene a golpear a mi puerta.
Ese rumor callejero,
como una música muerta.
Se hundió la mar,
se acabó, la arena bala en la playa
como rebaño infinito.
La mar, pastora, me llama,
Hoy os presentamos esta joya prerrománica que -extraño en nuestra península- no está en Asturias. En su momento (siglo X) se erigió para guardar los restos de Santo Toribio. Se encuentra perfectamente integrada con la naturaleza, formando un conjunto bellísimo. A su lado se encuentra una torre neomozárabe muy posterior en el tiempo (finales s. XIX).
Si algo tenemos claro es que la especie humana ha contribuido como ninguna a la destrucción de la naturaleza. También estamos de acuerdo en que debemos disfrutarla y admirarla. En ocasiones, acercar el público a la naturaleza requiere acondicionar la zona.
Ese acondicionamiento debe permitirnos disfrutar del paisaje, de la flora y de la fauna causando una mínima alteración de los mismos. Pero, ¿dónde ponemos el límite? ¿Con un sendero nos llega, o deben llegar los coches a un aparcamiento? ¿Debemos montar un mirador, o con una protección es suficiente? ¿Algún lugar donde sentarse, algún lugar para tomar algo? Como además se nos mezcla el Poderoso Caballero [Don Dinero], todo se complica más.
Salto del nervión (Alava-Burgos, España), por Pintafontes @ flickr
Me ha hecho reflexionar sobre este tema el bellísimo salto del Nervión, a camino entre Álava y Burgos. Se está planteando la construcción de un nuevo mirador para que se pueda disfrutar más (y un mirador que no sea una amenaza para las aves). Os invito a visitar las dos páginas que indicamos al final para apreciar la maravilla del lugar y para que me deis vuestra opinión sobre el mirador que se propone.
Pues no está demasiado claro. En resumen, no se sabe. Una de las teorías nos indica que, en los primeros tiempos del cristianismo, el emperador prohibió que los hombres jóvenes pudieran casarse y tener hijos, de modo que pudieran estar disponibles para la guerra (parece que los problemas de conciliación nos son nuevos). El obispo Valentín siguió realizando su labor sacerdotal en los matrimonios. Y acabó martirizado, algo nada extraño en aquellos tiempos.
Por otra parte, en Terni (Italia) podemos encontrar el sepulcro de un San Valentín en su bonita Basilica di San Valentino. Y sí, allí celebran una fiesta cada 14 de Febrero, la fiesta de la Promesa, en la que las parejas que aún no se han casado se prometen amor y los ya casados prometen seguir manteniéndola.
Para Sarai, por darme a conocer la existencia de Terni.
En los últimos días están los medios de comunicación muy críticos con Piqué, poniendo el acento en su gesto «mandando callar» al público del Espanyol (ha habido más incidentes entre ambas partes, pero quiero centrarme aquí en ese gesto).
Desde luego, no es el primero que se dirige así a una grada. Tenemos la referencia más conocida (al menos en España) de Raúl, cuando mandó callar al Camp Nou tras conseguir el empate a dos con un golazo sublime. O la de Messi mostrando al Bernabéu su camiseta, tras lograr el 2-3 en un Clásico. (Y desde luego no son los únicos en dirigirse de estas o similares formas al público).
¿Que qué opino sobre eso? Pues no lo veo mal, ya que me parece parte del juego. Y, desde luego, ni se está insultando ni se está ofendiendo. Como mucho, lo veo como una falta de madurez. Raúl hizo ese gesto con 22 años, difícilmente con 29-30; del mismo modo, Piqué o Messi, dentro de unos años (si siguieran jugando), tampoco lo harían, muy posiblemente.
Escribo preguntando vuestra opinión. Este spot de Diesel, una marca de ropa, me parece que está en los límites de lo aceptable. Creo que conseguir que nuestros jóvenes (y niños, y adultos) estén felices con sus cuerpos es una tarea de todos y, desde mi punto de vista, aquí Diesel no está poniendo su granito de arena. Es un tema importante y delicado; hay personas cuyas «imperfecciones» físicas les hacen vivir un auténtico calvario simplemente por las burlas de terceros. En estos tiempos en los que parece que por fin nos tomamos en serio el problema del bullying, no deberíamos consentir (no deberíamos plantear, si estamos en el lado de las empresas) publicidad de este tipo. Por si fuera poco, implícitamente estamos apoyando la uniformidad, con todos sus inconvenientes.
He revisado los comentarios de los usuarios con respecto a este vídeo. La gran mayoría -salvo alguna afortunada voz discordante- lo ensalzan. Pero quiero destacar un argumento que me parece destacable, y en el que no había caído [Usuario Oliver 2000 en YouTube]: intenta explicar que la cirugía estética es mala y superficial, mostrando al final al niño como argumento en contra (de la cirugía).
Parafraseo a Einsten para hablaros del programa de la Xunta de Galicia PIALE, diseñado para mejorar la competencia lingüística en lenguas extranjeras de los profesores de Galicia, ha llevado a Pilar Sánchez, profesora del cole de Tirán, a Canadá. En la entrevista que tenéis a continuación podéis escuchar su experiencia.
De esa entrevista hay una parte que quiero destacar y enmarcar: la importancia que le da al respeto a la libertad individual del alumnado, a la menor cantidad de normas y al centrarse más en formar la personalidad del alumno que en los contenidos. De regalo: profesores más relajados, niños más felices… y mejor rendimiento según el informe PISA. Al tener profesores más relajados y niños más felices sospecho que los castigos serán prácticamente inexistentes. Trataré de averiguar si esto es así.
En resumen, mucho que aprender por parte de profesores (y padres), aunque debo decir que quien es capaz de percibir esos beneficios lleva ya un trabajo previo: posiblemente una persona sin ese background sería incapaz de apreciar las bondades del enfoque canadiense. Gracias y enhorabuena, Pilar.
Todos lo hemos experimentado, disfrutado o sufrido, según el caso. La ducha es un lugar en el que hasta el menos amigo de los cantos se suelta con la ópera. Y por fin tenemos ya un respaldo científico a ese sonoro placer.
El estudio, conducido conjuntamente por las prestigiosas universidades de Lovaina y de Lieja, se realizó con la ayuda de 1.500 voluntarios y se centraba en dos objetivos: por una parte, conocer la causa de por qué cantamos en la ducha; la segunda, conocer los efectos de esa actividad en nuestras vidas.
Los resultados de la primera parte son concluyentes: el ruido y la temperatura del agua provoca un efecto relax -nada nuevo- que activa la zona cerebral dedicada a la armonía y al canto, provocando que de forma inconsciente muchas personas usen el rato de la ducha -sobre todo si es matutina- para cantar.
Para la segunda parte se contó con una app móvil realizada ex profeso. Dicha aplicación registraba la duración e intensidad de los cantos y también la actividad durante el día. Se llegó a la conclusión de que quienes cantan en la ducha son capaces de realizar muchas más actividades y con mayor tendencia a realizar ejercicio físico (aunque «solamente» sea dar caminatas), mientras que los que no cantan presentaban un patrón de vida más sedentario.
Este post es una iniciativa individual empeñada en demostrar que estamos predispuestos a creernos cualquier invención que encontremos en Internet, sobre todo si contiene citas a prestigiosas universidades.