Como sociedad, hablo. Y, en particular, me centro en los jóvenes. Personalmente percibo que mientras que los contenidos que se tocan son quizá más completos y complejos que los de nuestra época, la forma de aproximarse a ellos y la forma de evaluar el conocimiento adquirido es menos exigente. Y me apena especialmente la razón tras esa menor exigencia: ese consenso adquirido de que nuestros jóvenes no deben ser exigidos.
¿Por qué? No son más tontos que nosotros, pero estamos haciendo todo lo posible por que lo sean.
Hace un tiempo comencé, casi más a modo de test que de otra cosa, este mapa en Google Maps en donde pretendo almacenar información relacionada con el arte románico.
Si alguien quiere colaborar, es más que bienvenido, por supuesto.
Eso es de cajón. Usamos esta expresión para indicar que algo es evidente, lógico, que no es fruto de un razonamiento complejo o elaborado.
Un posible origen de esta expresión podría encontrarse en las imprentas, en donde se tenían palabras o frases ya preparadas en cajones, de ahí el uso de «eso es de cajón» para algo que no nos va a llevar mucha necesidad de raciocinio.
El ahogamiento es una de las causas de muertes más habituales en verano, sobre todo en ciertas edades. Como cuidadores, debemos mantenernos siempre alerta para evitar sustos o desgracias mayores, incluso en lugares aparentemente seguros, como en la bañera o en lugares en donde no cubre (tenemos cerca de casa una playa en la que cubre muy poco… y diría que es en la que más ahogamientos ha habido, quizá por exceso de confianza).
La regla de los 10/20 segundos es muy útil. Consiste en:
Nunca dejar pasar más de 10 segundos sin mirar en dónde están los pequeños.
Nunca estar a más de 20 segundos de ellos.
Hoy mismo he visto una infografía y un hilo de twitter muy interesantes al respecto, que me han recordado esa regla de los 10/20s.
A unos pocos kilómetros de la ciudad de Logroño, capital de La Rioja, se encuentra el pequeño pueblo de Clavijo, vigilado desde lo alto por su castillo. Castillo que, aun en ruinas, asombra y causa admiración.
En Clavijo se ubica la leyenda que nos cuenta que el apóstol Santiago bajó de los cielos para luchar con el bando de los cristianos frente a los musulmanes. Con ese gran defensor, no es de extrañar que ahora la Cruz de Santiago ocupe un lugar de privilegio entre las ruinas del castillo. Se desconoce la fecha de origen del mismo, pero probablemente estamos hablando del siglo X (y quizá sobre las ruinas de un castillo anterior).
Pero no solamente es el castillo el motivo de acercarse a Clavijo: la iglesia de la Asunción, la Real Basílica de Santiago y el monasterio de San Prudencio son dignos de visita. Además, los aficionados al senderismo encontrarán unas cuantas rutas muy interesantes en la zona.
De Luis Javier Modino Martinez – Taken from Flickr with Attribution License (cc-by-2.0), CC BY 2.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=599153
Tenemos que viajar en el tiempo hasta los tiempos de Fernando III, y ubicarnos en el castillo de la Yedra, en la sierra de Cazorla.
Cuando el señor musulmán fue notificado del acercamiento de las tropas cristianas, decidió proteger a su hija, la princesa mora, y la escondió en una cueva, dejándole alimento y tapando la entrada con una losa. Nadie más sabía de aquello. El plan era, una vez hubiera pasado el peligro, liberarla.
Por desgracia, las tropas cristianas acabaron con los musulmanes, y nadie supo de la presencia de la princesa.
Una vez agotada la comida, la princesa tuvo que comer insectos y reptiles. Y se fue transformando en un ser fantástico, mitad mujer, mitad serpiente.
Cada noche de San Juan, en los pueblos cercanos al castillo, no es extraño escuchar su susurrante canción:
Yo soy la Tragantía, hija del rey moro; el que me oye cantar no verá la luz del día ni la noche de San Juan.
Representación de la Tragantía
Esta historia fue desarrollada, a partir de un acertijo de Dani y con unos maravillosos aportes de Isabel Aparicio, en https://www.facebook.com/560834429/posts/10153584148099430/?d=n