El hombre de la sábana. Le he pedido a ChatGPT, tras enviarle una fotografía de la Sábana Santa de Turín, que genere un rostro de persona que se adecue a esa especie de negativo que está impreso en el lienzo. Lo comparto con vosotros.

El hombre de la sábana. Le he pedido a ChatGPT, tras enviarle una fotografía de la Sábana Santa de Turín, que genere un rostro de persona que se adecue a esa especie de negativo que está impreso en el lienzo. Lo comparto con vosotros.

En estos días de Semana Santa, le he pedido a ChatGPT que me analice una escultura concreta, haciéndole llegar una fotografía de la misma (yo no indiqué qué representaba la escultura, eso fue parte del análisis). Me ha resultado asombroso, por detallado y apropiado, su análisis. Lo comparto con vosotros.
### **Análisis artístico de la escultura (Entrada de Jesús en Jerusalén):**
#### **Contexto y función**
Estamos ante una imagen procesional, probablemente usada en la celebración del Domingo de Ramos, como indica la muchedumbre con palmas y ramas de olivo. Es, por tanto, una escultura pensada para la calle, para el rito, y para la participación popular. En este contexto, es comprensible que se primen ciertos aspectos prácticos y devocionales sobre la excelencia escultórica.
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### **Desde la perspectiva de la tradición escultórica española:**
#### **1. Composición general**
La escena está resuelta con una frontalidad casi infantil, con un Cristo hierático sobre un borrico algo desproporcionado y rígido. No hay movimiento en el cuerpo, ni tensión en la musculatura, ni dramatismo en la mirada. Comparado con el dinamismo emocional de un paso de Fernández como "La Entrada en Jerusalén" o la gestualidad potente de Juan de Juni, esta obra queda claramente en una dimensión más humilde.
#### **2. Modelado**
El modelado es sencillo, sin detalles anatómicos complejos. Las manos de Jesús, por ejemplo, carecen de articulación expresiva, y el rostro se acerca más a un maniquí que a una figura viva o simbólica. El borrico, aunque simpático, presenta un tratamiento bastante plano, con ojos grandes y expresión caricaturesca, lejos de la nobleza que muchas veces se da incluso a los animales en las tallas barrocas.
#### **3. Policromía y vestimenta**
La policromía parece industrial o acrílica, con un uso básico del color. El vestido rojo con ribetes dorados destaca y puede impactar visualmente, pero no hay un trabajo pictórico que simule texturas, ni veladuras, ni envejecimientos, como vemos en los paños tratados al óleo en la imaginería castellana. Las telas son reales, lo cual puede ser eficaz devocionalmente, pero resta fuerza escultórica al conjunto.
#### **4. Expresividad**
Uno de los puntos más flojos. El rostro de Cristo no transmite emoción. No hay ni majestad, ni humildad, ni recogimiento. No hay narrativa en su expresión. En contraste, el Cristo de Fernández en cualquier paso está repleto de emoción contenida, dolor humano y divinidad implícita. Aquí, en cambio, encontramos una serenidad que roza la indiferencia.
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### **Valoración final**
Desde una óptica puramente artística —la que hereda una tradición que tiene su cumbre en Valladolid con el Museo Nacional de Escultura como testigo— esta imagen procesional es una obra popular, funcional, destinada al rito más que al asombro estético.
No hay intención de alcanzar los niveles de excelencia emocional, técnica o simbólica que encontramos en las grandes tallas del Barroco español. Pero tiene otro valor: **el del arte como vehículo vivo de la fe popular**. La comunidad que la rodea, los ramos, la procesión… todo eso completa lo que, en el taller de Juni o Fernández, se hacía solo con madera y pincel.
Comparto con vosotros la imagen que compartí con ChatGPT.

Le he preguntado a Grok (agente de IA de X) por las diez mejores películas de viajes. He aquí su propuesta:
Aquí tienes una lista de diez películas destacadas sobre viajes, enfocadas en aventuras físicas, emocionales o culturales, que inspiran a explorar el mundo. Las he seleccionado por su impacto, narrativa y capacidad para transmitir la esencia del viaje, ordenadas sin un ranking específico:
¿Qué os parece? La última que nos cita deberíamos acompañarla de las otras dos que componen la trilogía.
Ya hemos hablado en alguna ocasión en este vuestro blog del extraordinario podcast _Memorias de un tambor_. Hoy quiero resaltar un grupo de tres audios (más uno) que son una delicia y que unidos nos dan una visión fantástica de nuestras Prehistoria y Edad Antigua.
Los audios son los siguientes:
Tres más uno decíamos; el cuarto, Los visigodos, ya nos introduciría en la Edad Media.
Os los recomiendo muy encarecidamente.
Los ríos y canales navegables han sido desde siempre una ayuda impagable para un transporte de mercancías que de otro modo habría sido tremendamente dificultoso, si no imposible.
En algunas zonas (en las que tanto el río y su corriente como sus zonas adyacentes lo permitían) el transporte se realizaba desde los flancos del río, con caballos o bueyes, arrastrando con cuerdas la embarcación que llevaba la mercancía (embarcación sin más control ni motor que esa ayuda desde tierra). Esas cuerdas se llaman sirgas, y esos caminos se conocen como caminos de sirga.
Por supuesto, para Marimar :*

Una de las curiosidades que más sorprende de Madrid es este templo de Debod, egipcio. No al estilo egipcio, no una réplica, no. Un templo egipcio original. Casi nada.
¿Y cómo es posible tal cosa? En el año 1968 se construyó en Egipto la presa de Asuán, lo cual afectaba a los templos de la región de Nubia (destacamos aquí el de Abu Simbel). Muchos países se volcaron en el rescate de esos templos, destacando Estados Unidos, Italia, Países Bajos y España. En agradecimiento, Egipto regaló un templo a cada país.
El regalo exigía, por supuesto, una gran responsabilidad y compromiso. De entrada, los templos deberían estar a cubierto. Y, con vergüenza, hemos de decir que todavía no hemos cumplido con esa parte.

En noviembre de 1985 se produjo la erupción del volcán Nevado del Ruiz, en Colombia. Esa erupción fundió gran parte del glaciar de la montaña y un auténtico río de lodo, lava y escombros se precipitó montaña abajo, destruyendo pueblos, casas y vidas. En concreto, más de 20.000 vidas.
De todas ellas, hay una que se convirtió en símbolo, pasó a la memoria y estremeció al mundo entero: Omayra Sánchez Garzón.
Omayra quedó atrapada entre los escombros, apoyada en su tía ya fallecida. Y durante 60 horas fue entrevistada, fotografiada y grabada, en unas imágenes que recorrieron el mundo entero.
Verla, aparentemente bien, y saber que no se podía hacer nada para salvarla nos generaba una impotencia absoluta. El motivo por el que no se podía liberar a Omayra era porque implicaba cortarle las piernas y eso provocaría una infección que la llevaría a una muerte segura.
El discurso de la niña se fue haciendo cada vez más incoherente hasta que acabó falleciendo.

Me gustaría volver hoy sobre una reflexión que creo que es necesaria, relacionada con nuestros mayores y con las actividades que realizamos (bien de forma particular, bien formando parte de los llamados centros de día): el respeto a su historia y a su memoria. Debemos ser conscientes siempre de si eso que estamos proponiendo (y que ahora aceptan con sonrisas e incluso con entusiasmo) es parte de su identidad.
Imaginemos a alguien que jamás ha querido disfrazarse. Porque no le gustaba, porque lo veía ridículo, porque no le veía ni sentido ni gracia. Y que ahora, en una residencia, en un centro de día, en una reunión familiar, se le anima a hacerlo e incluso se le disfraza. Lo aceptará, muy posiblemente. Pero debemos cuestionarnos si estamos ante una actividad que respeta quién ha sido esa persona, sus gustos, sus tendencias, su forma de pensar, su inteligencia. Creo que nunca deberíamos ponerles en situaciones que estén en conflicto con cómo ellos fueron.
Esto es aplicable a muchas actividades, por ejemplo: no le hagas animar al Celta si ha sido del Deportivo, no le hagas cantar (o bailar) una música con la que jamás habrían disfrutado, no le hagas realizar actividades que aborrecían.
No quiero terminar para destacar algo que creo y por lo que pongo mi mano en el fuego: quienes organizan o proponen esas actividades lo hacen con la mejor intención y considerando que es bueno para nuestros mayores.
Desde mi punto de vista, acompañar con respeto a su memoria y su pasado es el mejor homenaje y la mejor muestra de amor que podemos tener con ellos.

Vivimos en una sociedad que se ha dejado llevar por el pragmatismo inmediato. ¿Para qué voy a aprender X si no lo voy a necesitar nunca? Pues en primer lugar, no puedes saber si lo vas a necesitar o no. Y en segundo lugar, y más importante: aprendes para ser libre, aprendes para que no te puedan engañar, aprendes para que este mundo sea mejor y aprendes para dejar a las siguientes generaciones un mundo mejor.
En estos días en los que se nos recomienda tener un kit antes posibles catástrofes, quiero compartiros mi recomendación.
