La llamada vibración phantom (vibración fantasma) es esa sensación de que el móvil está vibrando cuando no lo está haciendo. Aplicable, también, a los relojes inteligentes.
La escena es demasiado habitual: en cualquier restaurante, en cuanto terminamos de comer, les dejamos a los niños el móvil o la tablet para que se entretengan (y no es raro que también los padres estemos con los móviles). Así que en estos tiempos de pantallas -que nos gustan-, es maravillosamente revolucionario buscar entretenimiento sin tecnología. Kietoparao es una empresa que se ha propuesto ofrecernos alternativas sanas, divertidas, cómodas de llevar y fomentadoras de imaginación, sonrisas y buenos ratos.
Y uno de sus productos, que nos encanta, nos trae 20 juegos diferentes en menos de 300 gramos y ocupando muy poco espacio. Además, en un estuche súper bonito.
La imaginación y creatividad que demuestran las chicas del equipo de Kietoparao queda demostrada en esta cantidad de juegos. En concreto, en el Kit Red, que es el que comentamos aquí, tenemos (además de la mencionada bonita bolsa): dos tableros en una tela (para jugar a damas y al tres en raya), fichas, dado, piezas de madera para equilibrios y para formar lo que se nos ocurra, dos barajas (cada una de ellas ofrece varios juegos), libreta y lápices, además de varias guías para orientarnos y proponernos juegos.
Un indispensable para llevar en el bolso y conseguir que, en lugar de tener a nuestros hijos abstraídos constantemente con consolas, ordenadores, tablets o móviles, desarrollen imaginación, inteligencia, paciencia y compañerismo.
Os recomiendo que le echéis un ojo a su web porque, además de este juego pack que comentamos, tienen otras muchas opciones, incluyendo papelería para negocios, con posibilidad personalizar con imagen de marca, o material para hacer talleres.
Os deseamos el mejor de los éxitos, amigas de Kietoparao. Sobre todo, porque de vuestro éxito implica unas infancias mejores. Casi nada.
Este es un libro sobre ciencia escrito de forma muy amena, y que gustará a todos los que nos gusta aprender y, sobre todo, entender. Puede ser leído por un adolescente y por un doctorado, seguro que ambos aprenden muchas cosas que desconocían.
Disciplinas como geología, biología, astronomía o química nos ayudan a describir cómo es nuestro planeta, cómo somos quienes le damos vida y como hemos llegado hasta aquí.
A raíz de mi post de ayer, relacionado con nuestro comportamiento en redes sociales, @lady_salquetines (cuyos aportes son siempre enriquecedores) nos dio a conocer un vídeo, iniciativa de Orange, tan breve como necesario. Por favor, dedicadle un par de minutos:
Cada vez menos, pero aún estigmatizadas, las enfermedades mentales están ganando poco a poco el sitio que merecen en nuestras conversaciones y en nuestra normalidad. Porque no siempre ha sido así. Y porque realmente aún no lo es: es normal poder decir que tenemos dolor de cabeza, neumonía o reuma, pero nos cuesta mucho más decir -y escuchar- que tenemos depresión, ansiedad o bipolaridad.
Hace unas semanas la actriz Verónica Forqué se fue de un concurso de televisión porque no podía más. Y quiero compartir con vosotros algunas de las reacciones que se han dado en redes sociales:
Porque en redes sociales el anonimato o la distancia hacen que nos mostremos tal y como somos, así que quienes prefieren soltar su odio, pueden hacerlo.
Ojalá aprendamos pronto a usar esas maravillosas herramientas que son las redes sociales. Y ojalá aprendamos pronto a cuidar (y usar) esa maravillosa herramienta que es nuestro cerebro.
Este vídeo de nuestra admirada Ter es una explicación maravillosa sobre la arquitectura de las catedrales románicas y góticas. Lo hemos visto varias veces en casa porque nos encanta. Disfrutadlo.
Hoy he descubierto dos cosas muy interesantes: por una parte la cuenta de Twitter @EnsedeCiencia y, por otra parte, cómo es un día en Marte (descubierto en esa cuenta).
En el edificio que albergaba las llamadas enseñanzas menores de la Universidad de Salamanca (título de Bachiller, primer grado académico que tenían los antiguos universitarios) se podía leer la frase que hoy comentamos:
Lo que la naturaleza no da, Salamanca no lo presta. En resumen: que si no tienes capacidad, por mucho que estés en Salamanca, no te va a venir la inteligencia de la nada.
No es una sola isla, sino dos islas unidas por un puente, además de algún islote. San Simón y Santo Antón, que así se llaman esas dos islas principales.
Se encuentra en la parte más interior de la ría de Vigo y en ellas se respira belleza, historia (no siempre bella) y literatura.
Meendiño, poeta del siglo XIII del que prácticamente solo tenemos unos versos, pero los suficientes, por fortuna, para que nos llegara ese Sediame eu na ermida de San Simón. Lugar de privilegio, pues, para la isla en el mundo de la poesía.
Fue también lazareto en donde se recluían quienes padecían enfermedades contagiosas. Y fue campo de concentración durante el franquismo, lugar de duelo, injusticia e impotencia. Existe un proyecto para que la memoria y el recuerdo nos permitan avanzar hacia un futuro en el que nunca se repitan tales barbaridades.
Si estáis o venís por la zona, es un destino que os encantará.