¿A quién atendemos? (¿A quién dejamos sin atender?)

Que la primera pregunta implica la segunda, que es realmente la importante. He pensado en esto especialmente durante esta pandemia, y como los ingenieros de telecomunicaciones sabemos un poquito de Teoría de Colas, le he dado unas cuantas vueltas.

Tenemos, digamos, cien pacientes que requieren atención… pero solamente podemos atender a ochenta. ¿Qué hacemos con los veinte restantes, cómo gestionamos esto?

Una aproximación razonable es atender por orden de gravedad/urgencia. Primero atendemos a los más graves. Posible problema: los graves se nos mueren por estar graves, los menos graves se convierten en graves por no estar atendidos.

Otra opción es la contraria a la anterior: atendamos primero a los menos graves. Así que esos se salvarán con gran seguridad. Y, con la misma gran seguridad, los más graves se morirán.

La opción que antes conseguiría atender a todos consiste en ordenar a los pacientes por menor tiempo de atención requerido (quizá equivalente a la anterior).

Y, finalmente, hay otras opciones que se han sugerido en estos tiempos, algunas muy similares a las anteriores:

  • Atender primero a los que tienen más probabilidades de sobrevivir.
  • No dar atención a un tipo de pacientes (provenientes de residencias, mayores de una determinada edad, con otras patologías graves).

Para no encontrarnos en estas terribles tesituras, hay que intentar por todos los medios que el sistema sanitario no se desborde con las medidas que ya todos conocemos: distancia, mascarilla, minimizar el tiempo en espacios cerrados, limpieza de manos.

Esta entrada ha sido publicada en Antropología, Ciencia y etiquetada como , , , . Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Time limit is exhausted. Please reload CAPTCHA.