Los cuervos piensan que sus hijos son ruiseñores.
Para tía Sefa.
Los cuervos piensan que sus hijos son ruiseñores.
Para tía Sefa.
Desafortunadamente, muchas personas de mi generación (años 70) no tenemos la soltura que nos encantaría tener con el inglés, pese a utilizarlo a diario tanto en nuestras profesiones como en el ocio.
Así que todo aquello que suponga mejorar mi dominio del inglés, ese latín de nuestro tiempo, es bienvenido.
Hoy os presento esta cuenta de Instagram, @vlern.elearning, que os ayudará a mejorar vuestro conocimiento de ese idioma.
Hoy os recomiendo un destino muy interesante, y que gustará tanto a niños como a mayores. Nos vamos a Cantabria, a la comarca de Liébana. Allí se encuentra el municipio de Camaleño y, formando parte de él, la pequeña localidad de Fuente Dé. Este nombre tan curioso, y que podría parecer incompleto proviene de y significa «fuente del (río) Deva», puesto que allí nace este río.
El atractivo más espectacular de este entorno es su asombroso teleférico, que en menos de cuatro minutos os subirá a la montaña (podéis optar por ir caminando, según vuestro estado de forma y vuestro tiempo disponible, pero el teleférico es algo que no deberíamos perdernos). Una vez arriba, además de las asombrosas vistas, hay varias rutas, de diferentes grados de dificultad, así que se pueden conjugar subir en teleférico y ganas de caminar.
Pero no solamente las rutas que parten de la montaña tenemos en esta zona; hay unos cuantos destinos obligatorios más: Santo Toribio de Liébana (y su Beato), Santa María de Lebeña (prerrománica, sí, aunque no estemos en Asturias), Mogrovejo, Potes y la Casa del Oso son lugares que no deberíamos perdernos.
Si queréis pasar unos días de paz y tranquilidad, os recomiendo muchísimo su Parador, un magnífico hotel de montaña, en donde, como siempre, podréis disfrutar de la riquísima gastronomía de la zona. Descanso y recuperación para el cuerpo y para el alma. (Pedid sus estupendas cestas de picnic antes de salir a vuestras excursiones).
Hoy comparto con vosotros un poema muy apropiado para estas fechas: La Saeta, de Antonio Machado, en el que, con su sencillez característica, nos resume tanto la Semana Santa y sus procesiones, como la fe en la que el poeta cree:
"¿Quien me presta una escalera, para subir al madero para quitarle los clavos a Jesús el Nazareno?" Saeta popular ¡Oh la saeta, el cantar al Cristo de los gitanos, siempre con sangre en las manos siempre por desenclavar! ¡Cantar del pueblo andaluz que todas las primaveras anda pidiendo escaleras para subir a la cruz! ¡Cantar de la tierra mía, que echa flores al Jesús de la agonía, y es la fe de mis mayores! ¡Oh, no eres tú mi cantar! ¡No puedo cantar, ni quiero, a ese Jesús del madero, sino al que anduvo en el mar!
Y este poema debe acompañarse siempre con la magnífica música y voz de Serrat:
En los no demasiado lejanos siglos en los que la mayoría de la población era analfabeta (y la Biblia no se podía traducir a las lenguas de uso común), los pasos de Semana Santa eran la mejor forma de explicarle a la gente los principales pasajes de la pasión y muerte de Jesús de Nazaret, a falta de youtubes y televisiones.
Hoy os traigo este vídeo promocional de la Semana Santa de Valladolid, ciudad que congregó lo mejor y más granado de la imaginería. Os recomiendo disfrutar su maravilloso Museo Nacional de Escultura, disponible en cualquier época del año.
No es la primera vez que leo sobre ello, pero no deja de asombrarme. Es posible que una abuela (que cualquier mujer) pueda volver a tener leche. El pecho, como sabemos, es una especie de fábrica de leche que da tanto más cuanto más se pide (por eso una mamá de trillizos puede amamantar igual de bien, en lo que se refiere a cantidad de leche).
Hoy he leído un post de la siempre recomendable Ibone Olza en la que nos recuerda que esto no solamente es posible, sino que no es extraño. Incluso aunque la abuela haya pasado la menopausia, ya que no tiene relación.
En uno de los comentarios he leído algo que me ha maravillado aún más. Es un comentario de Mónica Álvarez (por favor, también debéis seguirla), y en él nos cuenta que a una familiar suya le subió (volvió a tener) la leche cuando nació su nieto. No amamantó, pero sintió esa subida. Y reflexiona Mónica sobre cuántas abuelas habrán pasado por eso y no lo sabremos.
Cuidemos la lactancia, los beneficios son múltiples, tanto a nivel físico como mental y afectivo.
Gracias, Ibone. Gracias, Mónica. Y no solo por lo comentado hoy.
Siempre me gusta recordar que cuando, de pequeño, mis ojos se dirigían con asombro al genio desbordante de Miguel Ángel o a la creatividad insaciable de Leonardo, mi madre siempre me hacía volver la mirada hacia Rafael.
Nos detenemos hoy en el retrato de este embajador y escritor mantuano, posiblemente una de las obras cumbre de Rafael Sanzio. No siempre ha estado clara la autoría, aunque ahora sí parece haber consenso entre los expertos en que es obra de Rafael.
Estos expertos nos destacan esa mirada serena y firme, que ayer miraba a Rafael y hoy nos mira a nosotros.
Quien en abril riega, en mayo siega.
Estamos en una época en la que, pese a tener más recursos que nunca y más preocupación por nuestros hijos que nunca, el nivel académico desciende.
Creo que hay muchos factores que nos han llevado a esta situación, y diría que el principal es que estamos confundiendo la actitud loable de cuidar sentimientos y emociones con la necesaria de ayudar a crecer intelectual y culturalmente. Y esto requiere exigencia, del mismo modo que no vemos problema en exigir cuando hablamos de las habituales tareas extraescolares.
En las proximidades de Pamplona, y formando parte del Camino de Santiago, se encuentra la Sierra del Perdón, con su Alto del Perdón (desconozco si es su nombre oficial, pero así se lo oigo decir a los peregrinos, que más suyo que nuestro es el Camino).
En esa sierra se ubica un parque eólico, y allí se puede observar una escultura de Vicente Galbete, realizada en chapa. Representa a peregrinos de diferentes épocas, compartiendo fe, ilusiones, cansancios y Camino.
No conocía la escultura, ya que aún no he hecho el Camino -espero algún día-, pero la muy recomendable página de Facebook Ultreia y Suseia, dedicada al tema, publicó hace unos días una maravillosa foto, en el que un peregrino de hoy coincidía con aquellos peregrinos de ayer, en un paisaje adornado por la nieve. La fotografía es de Villar López, de la Agencia EFE.
Nos cuentan los que ya lo pasaron que tras ese alto viene una bajada durísima. Buen Camino.