La empatía

La empatía o el “no es mi problema”. Mirad qué bonito aprendizaje nos deja este cuento:


Un ratón mirando por un agujero de la pared ve al granjero y su esposa abrir un paquete. Quedó aterrorizado al ver que era una trampa para ratones. Fue corriendo al patio a advertirle a todos.

¡Hay una ratonera en casa!.

La gallina que estaba cacareando y escarbando le dice: «disculpe, señor ratón, yo entiendo que es un gran problema para usted, pero a mí no me perjudica en nada», entonces fue hasta el cordero y le dice lo mismo: «disculpe señor ratón, pero no creo poder hacer algo mas que pedir por ud. en mis oraciones», el ratón se dirigió a la vaca y ella le dijo: «¿pero acaso estoy en peligro? ¡pienso que no! dijo la vaca»; el ratón volvió a la casa, preocupado y abatido para encarar a la ratonera del granjero.

Aquella noche se oyó un gran barullo como el de la ratonera atrapando su víctima, la mujer corrió a ver que había atrapado. En la oscuridad ella no vio que la ratonera atrapó la cola de una serpiente venenosa. La serpiente veloz mordió a la mujer, el granjero la llevó inmediatamente al hospital, ella volvió con fiebre alta.

El granjero para reconfortarla le preparó una nutritiva sopa, agarró el cuchillo y fue a buscar el ingrediente principal: la gallina; como la mujer no mejoró, los amigos y vecinos fueron a visitarlos, el granjero mató al cordero para alimentarlos; la mujer no mejoró y murió, el esposo vendió la vaca al matadero para cubrir los gastos del funeral.

El mundo no anda mal por la maldad de los malos sino por la apatía de los buenos.

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Los topónimos gallegos

Bueno. Ya estamos de nuevo -a raíz de una campaña publicitaria- con el debate de si Sanxenxo o Sangenjo, A Coruña o La Coruña, y demás.

Por una parte, tenemos claro que la legislación deja claros cuáles son los topónimos oficiales. Pero seamos honestos: esto no nos importa lo más mínimo. Si en el futuro -no lo quieran los dioses- se produjeran cambios en la legislación que establecieran como oficiales los topónimos en castellano, no pasaríamos a hablar de Sangenjo por ello. Así que no sirve como argumento el de la legislación (salvo que estemos en textos oficiales, lo cual no sucede ni en campañas publicitarias ni en el habla coloquial ni en los mapas de Google).

Por otro lado, los topónimos no se traducen. Quiero esto decir que esas bromas -geniales, debo decir- de Desván por Sobrado, San Ginés por Sanxenxo o Roblecito por Carballiño se quedan en bromas. Jamás en castellano se ha referido así nadie a esos lugares.

Finalmente -aquí está la enjundia-, cada lengua tiene su forma de referirse a los lugares. Nos da igual que la forma oficial sea London, Badajoz o Jaén, que en gallego decimos Londres, Badaxoz o Xaén. Y esto no es porque sea traducción (no buscamos el significado en el idioma origen y lo traducimos al gallego), sino porque en castellano se dice de un modo y en gallego de otro. Llegando al extremo, podríamos hablar de ese entrañable Capetón para referirse a Ciudad del Cabo (Cape Town).

Así que si en castellano el pueblo -que es quien crea las lenguas- se refiere principalmente a Sanxenxo como Sangenjo, así se va a quedar. Otra cosa es que hagamos campaña para que usen Sanxenxo, que estamos en nuestro derecho también.

Hasta la próxima, que seguro que este tema acaba volviendo. 🙂

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El tímpano de la catedral de Friburgo

Debo decir que la policromía -aunque difícilmente es original- es algo que me fascina, puesto que nos acerca y nos da una visión de lo que en su momento fue.

He descubierto estos días el maravilloso tímpano de la catedral de Friburgo.

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Belleza, inteligencia y bondad

La belleza atrae, la inteligencia encanta y la bondad retiene.

— Ortega y Gasset

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Castigos y consecuencias, de nuevo

De vez en cuando vuelvo con este tema porque veo que siempre hay dificultad a la hora de entender la diferencia entre qué es una consecuencia (no estudio, por lo tanto no aprendo… y acabo suspendiendo) y un castigo (me porto mal un jueves y por lo tanto no voy al cine un domingo).

Tengo un ejemplo que creo que puede ayudar mucho a entender esa diferencia. Si yo conduzco a 150 Km/h por una autopista en donde el máximo es 120 Km/h, tomo mal una curva y tengo un accidente, entonces he sufrido la consecuencia de ir a esa velocidad. Ahora bien, si un radar me detecta y me ponen una multa, pues estamos ante un castigo.

De hecho, podría darse la circunstancia de que, porque soy un probador de coches con los permisos adecuados, se me permita circular a 150 Km/h. En ese caso, ya no tendría multa. Pero seguiría pudiendo tomar mal esa curva por culpa de la velocidad excesiva.

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Rihonor de Castilla y Rio de Onor

El primero, en Zamora; el segundo, en Tras Os Montes. Efectivamente: uno en España y otro en Portugal, conforman la única aldea transfronteriza de la Península Ibérica.

He conocido esta curiosidad gracias a la cuenta de Instagram @viajesymapas

El pueblo tiene un aspecto precioso y os recomiendo su visita (yo lo visitaré en cuanto tenga ocasión). Allí se habla español, portugués y -según esa información de Instagram- portuñol (un portugués con mucho de español) y riodonés.

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Off the Record, de Madeleine Westerhout

Hoy os traigo un libro que os ayudará a entrar en el complicado mundo de la Casa Blanca; en concreto nos lleva a la época de Donald Trump.

Westerhout nos cuenta su experiencia y su aprendizaje, las dificultades de tratar con periodistas como si fueran amigos y lo imposible que es explicar a posteriori cualquier frase desafortunada.

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Está en nuestra mano

Somos lo que hacemos con lo que hicieron de nosotros.

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Rabo de Peixe

He terminado de disfrutar de esta serie, relacionada con el mundo del narcotráfico y ambientada en las Azores.

Nos retrata perfectamente el ambiente de una zona social y económicamente deprimida (Rabo de Peixe) y los cambios que allí suceden por culpa de un cargamento de droga que acaba apareciendo en sus costas. Está basada en un hecho real que ocurrió en 2011 y que ha provocado que la mitad de la población de esa freguesía tenga problemas de adicción a la cocaína a día de hoy.

No es una serie de narcotraficantes al uso, sino que nos cuenta la evolución de los personajes que ven sacudidas sus vidas por el mencionado incidente. Son unos personajes, a mi entender, muy ricos y complejos, ni puramente buenos, ni puramente malos, sino con sus luces y sus sombras. Con sus amores, sus miedos, sus preocupaciones y sus ilusiones.

La labor de los actores es magnífica, tanto la del trío protagonista, como la de los demás participantes en la serie. Eduardo (José Condessa, qué brillante su papel), Sílvia (Helena Caldeira, admirable la complejidad del personaje), Carlinhos (manifiesto mi debilidad por el papel de André Leitão, con momentos para enmarcar). No quiero dejarme a nadie, porque Kelly Bailey (Bruna), Rodrigo Tomás (Raphaël), Pêpê Rapazote (el tío Joe, ¿nos vamos a América?), Maria João Bastos (la inspectora) y todos los demás (me dejo a muchos, mis disculpas) están a una altura asombrosa y forman un elenco absolutamente deslumbrante.

Y hay que hablar, claro, de los paisajes. En una época en la que se usan los paisajes de las series para hacer promoción turística de la zona, incluso aunque la serie no valga gran cosa, aquí son un complemento perfecto -y un recordatorio para volver a visitar esas preciosas islas- para una serie que sí es merecedora de todo elogio.

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Teatro griego de Epidauro, en Epidauro (Argólida, Grecia)

Cada cuatro años se celebraban las Asclepeia, unas fiestas en honor al dios Asclepio, en su santuario de Epidauro. Estamos a comienzos del siglo IV antes de Cristo.

El escultor y arquitecto Policleto el Joven fue el encargado de construir un teatro en las cercanías, aprovechando la ladera de una colina para las gradas. El teatro -también el santuario- fue saqueado en los primeros siglos de nuestra era, aunque, gracias a las hierbas que lo cubrían, pudo salvarse casi íntegramente.

Pasaron los siglos y el teatro fue quedando oculto por vegetación (y terreno, asumo). Y hasta el siglo XIX no se descubrió. Se sabía que había existido, pero se daba por perdido. Ahora el teatro puede contemplarse casi en su estado original, si exceptuamos el edificio escénico.

Se considera el teatro antiguo con mejor acústica.

De Olecorre – Trabajo propio, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=4377781
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