Es una de esas cosas que siempre he pensado que alguien tendría que hacer, y así ha sido: Sam Learner y su equipo, usando datos públicos (y código abierto) han preparado una página web cuyo funcionamiento es muy sencillo pero que engloba una gran cantidad de cálculos por detrás:
Se nos presenta un mapa del mundo (podemos ir a la zona que queramos) y dejamos caer una gota «de lluvia» donde nos plazca. La página nos enseñará el camino que va a seguir esa gota hasta llegar a su desembocadura.
Viajamos hoy a tierras cervantinas (quijotescas, más concretamente), al norte de la provincia de Ciudad Real. Al encontrarse en una ruta importante (la que une Madrid con Andalucía) se convirtió en lugar de ventas y posadas.
No fue allí en donde Don Quijote fue armado caballero, según nos dicen los estudiosos, pero sí donde acaeció la primera de sus aventuras.
La Plaza de la Constitución nos regala un viaje en el tiempo, y bien poco cuesta imaginarse al caballero y al escudero por estas tierras. Pero no solo tenemos esto aquí: molinos de viento -el acertado era Sancho, porque son realmente gigantes- o incluso un área de especial protección para el lince ibérico, ese felino maravilloso que vamos a conseguir salvar de la extinción.
Descubrí al personaje -y descubro aquí mi ignorancia- con la serie de Netflix Lupin, maravillosa serie y maravillosa interpretación de su reparto: Omar Sy, Vicent Londez, Ludivine Sagnier, Clotilde Hesme, Nicole García, Hervé Pierre, Soufiane Guerrab, Antoine Gouy, Fargass Assandé, Shirine Boutella.
Y de la serie de Netflix llegamos a su inspiración, y ahí descubrí la existencia de esos cuentos de Maurice Leblanc, en los que nos retrata con maravillosa nitidez las formas -siempre correctas- y los actos -siempre sorprendentes- del rey del disfraz, del caballero ladrón Arsène Lupin.
Este libro gustará a los aficionados a la serie, pero también a quienes gustan de las sutilezas y del buen uso de la inteligencia.
Estoy estos días disfrutando de sus historias, con especial cariño, porque han sido un delicioso regalo de Navidad de mi querida hija Irene. Si siempre decimos que el regalo no es lo regalado, sino las manos que lo dan, en este caso lo puedo decir más que nunca.
Los animales llevaban miles de años sin ser vistos por ningún ser humano; la primera en verlos fue una niña, aunque hubo años de dudas sobre si realmente llevaban tanto tiempo.
Esta palabra llegó al castellano desde el catalán, y es una aglutinación de canta i plora (canta y llora), por el ruido que hace el agua al salir. No sé si exceso de oído o exceso de imaginación, pero hay que reconocer que es bonito.
Esta singular construcción, dedicada a los Reyes Magos, situada en Bueu y obra de Urbano Lugrís, es uno de los pocos templos dedicados a esos hombres que representaban a toda la humanidad conocida.
En la mente del arquitecto, la capilla es el altar y el entorno, el templo. Y este punto me parece lo más maravilloso de la creación artística.
Cuántas veces ponemos esfuerzo en cortar/evitar el llanto. “No llores” (o el terrible “No llores, que eres un niño”, como si los varones no pudiéramos llorar). Llorar es un sentimiento que debe ser expresado.
Las dunas o, como se la conoce, la gran duna móvil, son el principal atractivo del parque, que tiene como nombre completo Complexo dunar de Corrubedo e lagoas de Carregal e Vixán. Porque siendo el gran atractivo esa duna, no es el único.
Dos lagunas, las de Carregal y Vixán, de agua salada y dulce, respectivamente, que completan y complementan este ecosistema que es un auténtico paraíso para aves como chorlitos dorados, cormoranes o incluso cisnes.
No, no voy a hablar de libros concretos. Pero los sábados suelo hablar de libros o literatura en este blog; y los días 1 de enero suelo hablar de propósitos y planes. Así que qué tal si usamos hoy (quien dice hoy, dice estos días de arranque de año) para pensar qué libros queremos leer.
Os cuento cómo lo gestiono yo, por si os sirve. Suelo establecer tres grupos de libros:
los primeros son libros directamente relacionados con mi trabajo, libros técnicos que me ayudan a seguir mejorando y aprender cosas nuevas.
libros de lectura, puramente de relax: novelas, generalmente.
libros «documentales» (así los llamo yo): libros que, sin ser de mi trabajo, sí me ayudan a crecer como persona o profesional. Biografías, por ejemplo.