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La rutina diaria de Umberto Eco
No tenía rutina, decía él. Pero cuando no estaba en Milán o en la universidad (en esos lugares la rutina le venía impuesta), sí seguía su propio horario.
Comenzaba el día encendiendo el ordenador, revisando los emails, leía algo, y entonces comenzaba a escribir hasta la tarde. Se tomaba tiempo libre durante toda la tarde (tomaba algo en el bar, leía la prensa, veía la televisión o algún dvd) y a eso de las 23 se ponía a escribir, hasta la 1 o las 2 de la madrugada.
Buscaba especialmente los momentos en los que no era interrumpido. Y también aprovechaba cualquier hueco para trabajar, aunque solamente fuera mentalmente: mientras espera el ascensor, en el baño, en el tren. La mente no descansa, claro.
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Quiero fer una prosa, de Gonzalo de Berceo
Un siglo después de aquellas glosas emilianses del cercano monasterio de San Millán de la Cogolla, aquella primera manifestación escrita de una lengua que ya no era latín, sino aquel román paladino en el que hablaba el pueblo, Gonzalo de Berceo escribía estos maravillosos versos:
Quiero fer una prosa en román paladino,
En qual suele el pueblo fablar a su vecino,
Ca non so tan letrado por fer otro latino:
Bien valdrá, como creo, un vaso de bon vino.
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El síndrome de Procusto
¡Ay del que destaca! Os invito hoy a conocer el síndrome de Procusto, gigantesco herrero y posadero que obligaba a sus huéspedes a medir lo mismo que la cama en la que descansaban, cortando o alargando, según conviniera.
Nos lo explica -y reflexiona muy bien sobre ello- mi querido Fabián Barrio.
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Rue Saint-Honoré por la tarde, efecto de lluvia, de Camille Pissarro
Esta es la pintura por la que descubrí a este padre del impresionismo. Forma parte de una serie de quince obras pintadas entre 1897 y 1898 desde el hotel de París en el que se alojaba.
Esta escena nos muestra la calle Saint Honoré a primera hora de la tarde. Los coches de caballos y los peatones se nos muestran sobre el suelo mojado (y aún está lloviendo, a juzgar por los paraguas). Pissarro vuelve al impresionismo, ya en la fase final de su carrera, y nos regala esta impresión de París.
Este cuadro puede disfrutarse en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid. Os recomiendo visitarlo y poder contemplar la misma vista que hace ya más de un siglo, desde la ventana de un hotel de París, pudo contemplar Camille Pissarro.
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Etiquetado camille pissarro, impresionismo, museo thyssen-bornemisza, parís, pintura, pissarro
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Brevedad y bondad
Lo bueno, si breve, dos veces bueno. Y si malo, menos malo.
Baltasar Gracián
Olvidamos muchas veces la segunda parte, y me parece un añadido estupendo.
Educación
Educa a los niños y no necesitarás castigar a los hombres.
(Y, añado, no castigues -ni premies- a los niños).
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Honquilana, un pueblo abandonado (en Valladolid)
En la tan recorrida ruta de Galicia y a Madrid se pasa por una población hoy abandonada, Honquilana.
De Honquilana nos quedan ruinas de algunas casas y de la iglesia. Del frontón que llegó a tener, disfrute de niños y mayores, no queda ya rastro.
A mediados del siglo XIX ya solamente contaba con 20 habitantes, y el motivo de su abandono total parece tener relación con lo mucho que tardó en llegar la electricidad allí.
En el diccionario de Madoz hay un descriptivo texto sobre Honquilana:
HONQUILANA: l. con ayunt. en la prov., aud. terr. y c. g. de Valladolid (10 leg.), part. jud. de Olmedo (4), dióc. de Avila (11): sit. en la falda de un cerro, que en direccion de E. á S. corre elevándose y le resguarda de los vientos de E.; goza de buena ventilacion, por los demas puntos, y su clima es sano: tiene 6 casas y una igl. parr. de entrada (La Asuncion de Ntra. Sra.), servida por un cura de provision real y ordinaria; el cementerio se halla en unos graneros contiguos á la parr., que se hallan sin techo y medio arruinadas sus paredes; como á 300 pasos de la pobl., está la fuente de que se surte el vecindario para sus necesidades domésticas, tiene un caño y un pilon para abrevadero de los ganados. térm.: confina N. Ataquines; E. San Pablo; S. Palacios de Goda, y O. Muriel y Honcaladas: el terreno fuera del cerro en que está el pueblo, es llano y abraza 800 obradas en esta forma: 200 de segunda calidad, y las restantes de tercera; comprende ademas dos pequeños prados de pastos. caminos: los locales en mal estado, y la carretera de Madrid á Galicia, que pasa á tiro de bala de la pobl. prod.: trigo, cebada, centeno, algarroba y algun garbanzo; se cria ganado lanar y el vacuno y mular que se destina á la labranza. ind.: la agrícola. pobl.: 6 vec., 20 alm. cap. prod.: 88,310 rs. imp.: 8,831. contr.: 1,281 rs. 1 mrs. presupuesto municipal 207 rs. se cubre con los fondos de propios y arbitrios.
(Madoz, 1847, p. 218)
Publicado en Curiosidades, Turismo, Viajes
Etiquetado honquilana, pueblos abandonados, valladolid
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Sobre el olivar, de Antonio Machado
Sobre el olivar,
se vio a la lechuza
volar y volar.
Campo, campo, campo.
Entre los olivos,
los cortijos blancos.
Por un ventanal,
entró la lechuza
en la catedral.
San Cristobalón
la quiso espantar,
al ver que bebía
del velón de aceite
de Santa María.
La Virgen habló:
-Déjala que beba,
San Cristobalón.
Sobre el olivar,
se vio a la lechuza
volar y volar.
A Santa María
un ramito verde
volando traía.
La infinita sencillez de Machado contándonos la bondad de Santa María en esa tierra-mar de olivos.
Publicado en Poesía
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