Del salón a la vida real

Ni es la primera vez que pasa, ni será la última. Me da la impresión de que gracias a la tecnología (avance que admiro y agradezco) estamos tan familiarizados con el mundo salvaje que nos creemos, por ejemplo, que una familia de guepardos es tan inofensiva como cuando la vemos en el salón de nuestra casa, así que no vemos peligro alguno en bajarnos del coche con nuestros pequeños para dar un paseo junto a ellos.

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