Que, al parecer, hay gente que no entiende las letras de Manolo García.
Como si fuera tan chungo entender que las mesnadas moras, vestidas de hombre rana, cabalgan caballos que estaban amarrados a la puerta del baile mientras restañan las heridas mordiéndose los puños, aunque no les guste la nula injerencia que ahora es su disfrute. Os dejo, que me voy a recoger la ropa sucia, los cuadros que he pintao, y los discos viejos, que tengo tó por ahí tirao. Después me iré a dar un paseo junto al árbol de las hojas que ríen, no sin antes deciros good bye. En una nota. Tan ricamente.