A finales del pasado mes de mayo, en Benidorm, unos turistas decidieron contratar una prostituta para culminar la despedida de soltero que estaban celebrando. Le pagaron cien euros y se lo pasaron de maravilla. Estupendo, ¿verdad? Ambas partes estuvieron de acuerdo y ambas partes salieron ganando: ella, cien euros que seguramente le habría costado más tiempo ganar; ellos, un rato estupendo y unas buenas risas.
A finales del pasado mes de mayo, en Benidorm, unos turistas decidieron tatuar a un mendigo para culminar la despedida de soltero que estaban celebrando. Le pagaron cien euros y se lo pasaron de maravilla. Estupendo, ¿verdad? Ambas partes estuvieron de acuerdo y ambas partes salieron ganando: él, cien euros que seguramente le habría costado más tiempo ganar; ellos, un rato estupendo y unas buenas risas.
Todos los días del año, en cualquier ciudad de España, unos empresarios decidieron asignar un mísero sueldo a sus múltiples empleados, para poder llevar sus tremendas y lujosas vidas… y sus vacaciones en lujas residencias de Benidorm.
Les pagaron 735,90 euros al mes y se lo pasaron de maravilla. Estupendo, ¿verdad? Ambas partes estuvieron de acuerdo y ambas partes salieron ganando: ellos, 735,90 euros al mes que seguramente le habría costado más tiempo ganar en infinidad de otros trabajos sin contratos ni regulación horaria y por supuesto en dinero negro.; ellos, un rato estupendo y unas buenas risas a todo lujo.
Qué indignante. Es absolutamente vergonzoso que se aprovechen de la situación de necesidad de millones de españoles o inmigrantes para pasar un rato divertido. ¿Y qué sinsentido dices de regular esas agresiones, o de crear un sindicato de agredidos? ¿Hemos perdido el norte, acaso son los mendigos objetos con los que divertirnos?