Hace ya varios años, quizá más de una década, y tras una visita al poco conocido Palacio de Riofrío, encontré en Internet este precioso poema sobre Segovia y alrededores, que copié en su momento. E hice bien, porque ahora creo que ya no está disponible.
Si alguien conoce su autoría, por favor, que me lo comunique. Estaré feliz de indicarlo. Lo transcribo tal cual lo encontré. Disfrutadlo, amigos:
Ha muerto la mujer muerta.
Envuelta entre nubes blancas;
Los pinos de Balsaín
Le dan escolta de gala.
Montando caballos tordos
Los montes que la acompañan
Visten sus capotes pardos
Con mantos de tierra parda.
La Catedral de Segovia
Hace doblar las campanas
Y elevan su llanto al cielo
Las agujas del Alcázar.
En la casa de los picos
Quedó muerta una esperanza,
Mariposa de colores
Por un alfiler clavada.
El trío de San Martín
Y el acueducto en la plaza,
Abren sus arcos de piedra
A los aires y a las almas ,para
Que pase el pasado
Pero el pasado no pasa.
Porque Segovia es eterna .
En Sus torres y en sus casas
En el alma de la historia
Y en sus piedras blasonadas.
Como es eterno el encanto
De la mujer segoviana y es
Eterna la belleza
Y la bondad de su alma.
¡Segovia la novia eterna…
¡ Reina de un cuento de hadas!
Ha muerto la mujer muerta
Cubierta de nubes blancas…
En las Navas de Riofrío
El frío ha abierto sus alas.
«La Mujer Muerta desde Segovia» por Miguel303xm – Trabajo propio. Disponible bajo la licencia CC BY-SA 2.5 vía Wikimedia Commons.