Hace unas semanas tuvimos la maravillosa oportunidad de participar en una clase de música para bebés, de la mano de Laura Sanz, directora de Enarmonía. Nunca habíamos asistido a una actividad de este tipo y lo cierto es que nos sorprendió muy agradablemente, y nos quedamos con ganas de más.
Laura enfoca sus clases prestando mucha atención al apego y a la relación madres/padres-hijos y respetando por completo los ritmos, necesidades y voluntades de cada bebé. Dos premisas que me parecen fundamentales y que hablan muy bien de su proyecto.
Lo más importante: Irene (10 meses) se lo pasó de maravilla y Dani (5 años y medio) -aunque era una clase de música para bebés- mejor todavía.
Hubo en esa clase algo que me pareció casi milagroso: la capacidad de Laura de integrar cualquier sonidito de los bebés (un “ah”, por ejemplo) y crear con ello una melodía de la que el bebé no solamente es parte, sino que se siente parte. Es una experiencia única ver a un grupo de bebés (con sus papás) completamente integrados -cada uno a su ritmo, como digo- en la canción. Y si esto es la primera clase, no me puedo ni imaginar cómo será tras unas cuantas. Una experiencia muy recomendable, como digo.
Y de ese modo, entre risas, juegos, canciones, niños felices y padres entusiasmados viéndolos, se nos pasó volando la clase de música.