Me he encontrado en mis lecturas con este escenario, que también he meditado y analizado muchas veces en mi vida: alguien cercano (un padre, una madre, un familiar próximo) que nos ha hecho daño -o a quien hemos hecho daño-, con el que quizá incluso hemos tenido sentimientos de odio, fallece.
¿Cómo reaccionamos -cómo debemos reaccionar- en esas situaciones? ¿Obviamos, pasamos por alto, el dato causado? Se me hace dificilísimo saber cómo se deben digerir esos tragos. De hecho, si se trata de alguien como un padre o una madre, se me hace que el dolor debe ser doble: la pérdida… y el no haber tenido a esa persona cómo deberíamos haberla tenido.