Las comidas de los niños en los viajes (y II)

Forma este post de una pequeña serie de dos en los que comentaré algunas ideas y reflexiones sobre las comidas de los niños en los viajes. No soy nutricionista ni tengo formación en nutrición, así que tomad estas sugerencias como posibles ideas que podáis adaptar a vuestros niños, con la ayuda profesional -si procede- que corresponda.

En el primer post hablé de qué se puede comer durante los trayectos, incluso en el propio vehículo. En este segundo (y previsiblemente último de la serie) hablaré de qué comer en el destino.

La gastronomía es parte de la cultura, así que no podemos decir que un viaje no está completo si, aprovechando que visitamos un nuevo lugar, no probamos sus comidas típicas. Ese sería mi principal consejo: por favor, disfrutad de esas comidas únicas que no vais a comer en vuestro lugar de residencia. Y hacedle el precioso regalo a vuestros hijos de que puedan degustar esos alimentos. Huid, si os es posible, de los «menús infantiles» (esto es recomendable en vacaciones y fuera de vacaciones) y animadlos a conocer nuevos sabores y nuevas formas de preparación de alimentos. Lo agradecerán su paladar, su cerebro y su mente.

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