La vaquera de la Finojosa, de Íñigo López de Mendoza

Moza tan fermosa
non ví en la frontera,
como una vaquera
de la Finojosa.

Faciendo la vía
del Calatraveño
a Santa María,
vencido del sueño,
por tierra fragosa
perdí la carrera,
do ví la vaquera
de la Finojosa.

En un verde prado
de rosas e flores,
guardando ganado
con otros pastores,
la ví tan graciosa
que apenas creyera
que fuese vaquera
de la Finojosa.

Non creo las rosas
de la primavera
sean tan fermosas
nin de tal manera,
fablando sin glosa,
si antes supiera
de aquella vaquera
de la Finojosa.

Non tanto mirara
su mucha beldad,
porque me dexara
en mi libertad.
Mas dixe:--«Donosa
(por saber quién era),
¿aquella es la vaquera
de la Finojosa?...»

Bien como riendo,
dixo: --«Bien vengades;
que ya bien entiendo
lo que demandades:
non es desseosa
de amar, nin lo espera,
aquessa vaquera
de la Finojosa.»

Esta serranilla, la quinta de este poeta prerrenacentista y primer marqués de Santillana, era habitual en los libros de texto de quienes cursamos la llamada EGB. Me parece bellísima y una buena muestra de aquella poesía.

Esta entrada ha sido publicada en Poesía y etiquetada como . Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Time limit is exhausted. Please reload CAPTCHA.