Osos

Ibrahim Sedef, apicultor turco, cansado de soportar cómo noche tras noche unos golosos osos devoraban su miel, y tras haber probado numerosas artimañas para evitarlo, decidió ponerlos de su parte.

No, no dedicó tiempo a convencerlos. Pero sí preparó recipientes con mieles diferentes para ver cuáles elegían sus expertos.

Y sí, los osos fueron a por la cara. Y la más barata, ni la probaron.

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