Si queréis mejorar vuestro dominio del gallego y resolver dudas muy interesantes, os recomiendo seguir en redes sociales a Esther Estévez @digochoeu.tvg
Esta periodista y divulgadora nos cuenta, con un humor y estilo únicos, un montón de cuestiones relacionadas con esta milenaria lengua. Es, de verdad, una delicia escucharla.
La silueta inconfundible de esta montaña del Sistema Ibérico se puede admirar desde varias localidades de La Rioja y Navarra. Nosotros la conocimos en nuestros numerosos viajes a nuestro querido Arnedo.
Hay un dicho en aquella zona que nos habla de su popularidad y de su dificultad: Peña Isasa, que muchos la ven y pocos la pasan. La única forma de llegar a la cima, según leemos, es mediante la escalada, lo cual la aleja del público medio.
Siendo un lugar tan emblemático, no podían faltarle leyendas asociadas: me ha llamado mucho la atención la leyenda de El río del diablo, con numerosos puntos en común con la del acueducto de Segovia: una joven, el diablo, la necesidad y lejanía del agua, y un acueducto.
Pero no solo belleza y no solo leyenda: también hay restos megalíticos que se han asociado a un dolmen y a un menhir.
Os dejo con esta vista desde Ólvega (Soria):
“Los hijos que se hacen mirando al Isasa salen muy guapos”, nos dijo una vez una persona muy querida. Y a fe que es cierto, por lo guapísimos que son sus descendientes. :*
En algún lugar con este frío y esta lluvia una madre cierra la alacena sin saber cómo decirle a sus hijos que hoy no se cena, entonces en ese instante la suma de todos los progresos de la humanidad es igual a cero.
Suelo reservar los sábados para que este humilde blog se asome a los libros y a la literatura. Hoy comparto con vosotros este maravilloso y terrible poema, que he descubierto en el recomendable muro de María José Garrido Mayo.
Este efecto fue descrito por David Dunning y Justin Kruger. Nos viene a decir que las personas con baja habilidad en una determinada tarea sobreestiman su habilidad.
Una posible explicación es que el conocimiento y dominio de una determinada habilidad te ayuda a poder saber si la estás haciendo bien o mal. Y si no los tienes, no vas a poder autoevaluarte bien.
Relacionado con eso (aunque, en mi opinión, motivado por un hecho diferente) tenemos el síndrome del impostor, por el cual nos creemos que no dominamos un tema (quizá del que vivimos profesionalmente) cuando en realidad sí que estamos más que capacitados. Aquí la causa es -desde mi punto de vista- que dominar un tema nos hace ver lo mucho que nos queda por aprender.
Ya hemos hablado en este blog de los nombres de los meses en el Calendario Republicano Francés. Vamos hoy con las peculiaridades de sus semanas.
Aunque la semana de siete días era algo que se utilizaba desde hacía milenios, los republicanos establecieron que las semanas serían de diez días. Esto establecía un problema con el calendario lunar (28 [días] es múltiplo de 7… pero no de 10. Y ahí ya vamos teniendo un problema.
Por otra parte, la semana de diez días no era muy bien vista por quienes tenían que trabajar, ya que solamente les dejaba un día libre por cada diez. Resulta curioso esto en estos tiempos en los que hablamos de semana laboral de 4 días.
Esta obra monumental, que forma parte del Museo Guggenheim de Bilbao, es un homenaje a las madres en general, a la vez protectoras y depredadoras, y a la madre de la artista en particular, que era tejedora.
Existen varias Maman de Bourgeois que forman parte de la colección permanente de sus correspondientes museos. De Bilbao es la que nos ocupa, pero también podemos ver esta gigantesca obra, de casi diez metros, en Londres u Ottawa, por ejemplo.
La araña alberga diez huevos, a los que protege con su cuerpo y con su vida. La madre.
Es etimología discutida, pero una de las alternativa es muy bonita: tiene relación con que, en ese entorno de Bilbao que vivía de la extracción del hierro, se indicaba con la expresión “all iron” el hecho de que el índice de pureza fuera muy alto. Ese día, la paga era doble.
De ese “all iron” se pasó al “alirón” para celebrar los triunfos de ese querido club, el Athletic de Bilbao, también fundado por ingleses.
Ya se habló en El Cartapacio, en su Primera Época, de esta bonita ciudad. Se aventuraba entonces que bien podría convertirse en un destino turístico de primer orden.
Pues ya lo es. Ciudad desbordante de creatividad -esto ya lo era hace década y media-, de vida -el final de ETA, ya era hora, ha ayudado-, de arte.
Guggenheim, la Plaza Nueva, la catedral, la Catedral, la plaza Saralegi, los paseos al lado del Nervión, el puente de Calatrava, el Mercado y sus estaciones.