Nuestras palabras se convierten en sus pensamientos

Cuando criticas a tu hijo, no deja de amarte: deja de amarse a sí mismo.

Leído en @gabriel.roar
Esta entrada fue publicada en El Cartapacio. Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Time limit is exhausted. Please reload CAPTCHA.