¿Hacer o pedir que hagan?

Vale máis faser que mandar, decía mi querida abuela. Y es una situación habitual como educadores: normalmente lo más rápido es hacer algo (pongamos, por ejemplo, recoger) nosotros mismos. Pero también nuestros educandos tienen que aprender a hacerlo.

Tras mi experiencia (propia y ajena), he llegado a la conclusión de que lo mejor es esta combinación:

  • hacerlo nosotros
  • con gusto
  • haciendo partícipes a los pequeños para que también lo hagan
  • y mostrando las ventajas de hacerlo
  • y lo divertido que es hacerlo

Y listo.

Porque si no lo hacemos nosotros, no aprenden.

Porque si no lo hacemos con gusto, pensarán que es algo desagradable… y cuando puedan dejar de hacerlo (o endosárselo a sus hijos), lo harán.

Porque obviamente, ellos también tienen que participar.

Porque lo hacemos porque mejora nuestro hogar.

Y porque podemos pasarlo genial haciéndolo.

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