Soneto XXIII, de Garcilaso de la Vega

En tanto que de rosa y azucena
se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar ardiente, honesto,
enciende el corazón y lo refrena;

y en tanto que el cabello, que en la vena
del oro se escogió, con vuelo presto,
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena;

coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto, antes que el tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre.

Marchitará la rosa el viento helado,
todo lo mudará la edad ligera,
por no hacer mudanza en su costumbre.

Garcilaso tenía una capacidad casi divina para transmitir, en los catorce versos de un soneto, sentimientos, reflexiones y bellezas con una pureza inigualable. Siempre me da la sensación de que en sus obras ni falta ni sobra nada.

He llegado hoy a esta joya gracias a la selección “Los 22 poemas más bonitos de la lengua española” que realizó Catalina Arancibia Durán. Muchas gracias y muchas enhorabuenas por ese trabajo.

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