Todavía hay clases

Es esta una historia que escuché hace tiempo, pero cuya veracidad no he podido contrastar. Espero poder cumplir al menos aquello de «se non è vero, è ben trovato».

Francisco Franco era el jefe del estado, pero no gozaba de prestigio entre los grandes de España. Como quiera que lo necesitaba, propuso al Duque de Alba lo siguiente:

¿Qué te parece si celebramos conjuntamente la Primera Comunión de nuestras hijas? Pondré a disposición de ese acontecimiento el Palacio de la Granja y sus bellos jardines.

El Duque levantó la mirada, hasta entonces perdida en sus pasos y, mirando a la cara de Franco, con la serenidad que da el saberse con la razón, hizo valer su dignidad:

Todavía hay clases.

¿Qué parte no me cuadra de esta historia? Que tanto la hija de Franco como la del Duque de Alba nacieron en 1926. Cuando Franco llegó al poder tendrían ambas 13 años, demasiado tarde para la Primera Comunión. Aunque quizá pudo ser con motivo de otro acontecimiento, ¿quizá la presentación en sociedad?

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2 respuestas a Todavía hay clases

  1. Cristina dijo:

    La historia la escribe quienes ganan y cada cuál explica lo que le conviene. ¿Es verdad la anécdota? La verdad nunca ha sido demasiado relevante en según qué situaciones…

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